viernes, 24 de mayo de 2013

¿ANSIEDAD?

Estamos siguiendo de cerca a un alumno que en primaria ya mostró conductas de rechazo, pataleos, malos genios y problemas con compañeros. A dicho alumno ya le conocía de una etapa en la que también hice un prácticum de Magisterio hace unos años. Al volver y preguntar por su caso, me comentaron que habían conseguido que su comportamiento fuera más estable y menos "problemático".

En realidad, nunca se ha sabido qué causas había tras esas conductas de mal genio y desaires. Pero se me comentaba que tal vez en casa tuviera un problema porque sus padres siempre le comparaban con un hermano menor al que ensalzaban a costa de lastimar a nuestro alumno en cuestión...

Esta semana he sabido que vuelve a presentar señales parecidas a las de siempre. En estos años, parece que se decidió llevarlo a un psicólogo externo por iniciativa de la familia. Pero hace tiempo que ya no iba. Tuvimos una entrevista con la madre en la que nos dejaba entrever que estaban acostumbrados ya a ese comportamiento y que "el es así", como si fuera algo contra lo que no se podía hacer nada, y sólo perjudicara a otros y no al chico mismo. 

Cuando alguien tiene tales arrebatos, supongo que tiene que sentirse angustiado e indefenso, colérico, y es por tal razón que se manifiesta con esas formas y tan a menudo haya o no haya razones lógicas aparentes a los ojos de los demás. ¿Cómo se puede decir que él es así y ya está?

Bien, pues sabiendo lo que opinan sus padres y sin decantarse que las causas puedan ser tanto extrasujeto como intrasujeto, ambiente-genéticas, pues ello nos haría huir de una visión sistémica en la que en realidad todo se relaciona, decidimos hablar con el chico. Le preguntamos que si valía la pena volver a contar con la ayuda de "una persona externa" (epíteto de psicólogo para no nombrarlo, dada la carga connotativa que parece que tiene para algunos alumnos), y contestó que no quería. Sin embargo, sí que abrió los brazos a que desde el centro se le ayudara. Se piensa que se puede trabajar el aspecto de la ansiedad, y por tanto, la orientadora preparará algunas sesiones de ese tema. Creo que es acertado, que el equipo se muestre prudente a la hora de no "clasificar" las causas de lo que le sucede al chico, pero que al menos, se preocupen por trabajar ese aspecto de ansiedad que al que apelan.

No obstante, yo opino que lo de ANSIEDAD debería cogerse con pinzas, sirviéndome en este caso de un buen manual de psicología de la personalidad y de los tres, cuatro o cinco grandes (rasgos) según el autor y la corriente, y los adjetivos y estados con los que correlacionan  pues tal vez no sea tanto un problema de ansiedad como de irritabilidad, excitación, temperamento etc...  

Aunque, como siempre, yo no me olvidaría de otros tres factores que además de estar en nuestras manos están muy relacionados entre si: la seguridad, la autoestima y el autoconcepto. Mis razones son obvias. Es un chico al que todos sus compañeros ven como un compañero al que de vez en cuando se le cruzan los cables...es indudable. ¿Cómo se puede esperar que se comporte si él mismo se ve así porque sus compañeros no esperan otra cosa? 

El alumno se ha negado a asistir a un campamento de convivencia. Una idea que ronda entre dos profesores y que apoya mi tesis de necesidad de trabajar la seguridad, la autoestima y el autoconcepto es que no quiere ir para evitar el miedo y el papel de quedarse solo en el juego de elegir compañeros de habitación para evitar posibles "números". Así que no seria mala idea no sólo trabajar ese aspecto en el chico sino en sus propios compañeros, aunque al nivel emocional en la edad en la que están sean bastantes comprensivos en términos generales. Una vez más, el clima y el tipo de alumnado que hay en el centro hacen más fácil todo. Probablemente, ese alumno en un centro con más "focos de incendios" lo llevaría mucho peor. Eso creo.  

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